NO LA BOCA SINO EL BESO
Luis Eduardo Aute
No la boca sino el beso
fue el crimen, transgresión
humana de lo Perfecto;
boca que por el beso
se traiciona contra Dios
para besarse en su espejo.
Ensimismado,
el Verbo Infinito reflexiona,
se observa
desde el féretro
La palabra
se nombra paradoja.
Labios contra labios,
rocío tierno, húmeda flor
del reflejo suicida
quebrantando la ley por el deseo.
Lenguas contra lenguas, hambres
cruzadas convocan
en Ħid lenguajes
inversos.
Boca que por el beso
abrió la puerta Nunca
del Árbol del Conocimiento,
beso que se besa,
sed de ser sed,
origen y fin deĦ círculo
eterno:
iris, planeta, pupila del Éxtasis,
anillo deĦ agua, la cifra cero,
pompa, torbellino, espectro del arco
iris, seno y óvulo y órbita
del centro, latido,
latido contra sí mismo,
corazón circular del Universo.
Esfera del Azar, fe de Armonía;
engendra la fe del Azar
el fuego.
Voluntad de luz, voluntad de sombra,
voluntad de beso entre infierno y cielo;
beso inmortal
que asesina su muerte.
Alma del amor
contra amor del cuerpo.
Siguen los años pasando, impasibles.
Por ahí asoma
el final deĦ Trayecto, cerca,
tan cerca que anuncia los labios
que habrán de sellar el último
beso.
Bésame, bésame
y dame tu nombre:
Yo, Tú, El,
las tres personas del Verbo.