SINUHÉ
Silvio Rodríguez (Cuba)
	 
    Tomando en cuenta la santa inocencia,
    voy a cantarle a la vieja Bagdad,
    donde mis sueños bebieron esencias
    y donde en noches de luminiscencia
    de niño zarpaba siguiendo a Simbad.
    Algo debiera hechizar portaviones,
    alguien debiera apretar un botón
    que reciclara metralla en razones
    y poderío en conmiseración.
    Qué solo está Sinuhé
    de amor y de fe.
    Qué solo está Sinuhé,
    ¿qué tal sigue usted?
    Bajo las ruinas vagan inquilinos
    de las leyendas que fueron maná.
    Pasa la sombra infeliz de Aladino
    sin una lámpara para el camino
    y sin el secreto de Alí-Babá.
    Algo debiera embrujar los misiles,
    alguien debiera hacer estallar
    el hongo de los derechos civiles
    de los fantasmas que pueblan Bagdad.
    Qué solo está Sinuhé
    de amor y de fe.
    Qué solo está Sinuhé,
    ¿qué tal sigue usted?
    Ahora es escoria el papel sorprendente
    de Sherezada en su lecho nupcial.
    La orden de fuego la dio un disidente
    de la cultura, la carne, la mente,
    el sueño y la vida que no sea virtual.
    Mil y una noches para la malicia,
    mil y una noches de intimidación,
    mil y una noches de fuego y codicia,
    mil y una noches sin dios ni perdón.
    Qué solo está Sinuhé
    de amor y de fe.
    Qué solo está Sinuhé,
    ¿qué tal sigue usted?