UNA DE DOS
Luis Eduardo Aute
No sabes el dilema que me crea
pasar de todo y no decir ni mu,
por eso estoy aquí, maldita sea,
plantando cara como harías tú.
Lo que sucede es que me he enamorado,
como el perfecto estúpido que soy,
de la mujer que tienes a tu lado...
encájame el directo que te doy.
Una de dos,
o me llevo a esa mujer
o entre los tres nos organizamos,
si puede ser.
No creas que te estoy hablando en broma
aunque es encantador verte reír
porque estas cosas hay quien se las toma
a navajazos o como un faquir.
Que aquí no hay ni Desdémonas ni Otelos
ni dramas mexicanos de Buñuel,
recuerda que ese rollo de los celos
llevó a Caín a aquello con Abel.
Una de dos...
De qué me sirve andarme con rodeos,
a ti no puedo hacerte luz de gas,
esas maneras son para los feos
de espíritu y algunas cosas más.
Que esa mujer me quiera no es tan raro
si piensas que a ti te quiere también,
lo más terrible es que lo ve muy claro,
pretende no perderse ningún tren.
Una de dos,
o me llevo a esa mujer
o te la cambio por dos de quince,
si puede ser.